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Inundaciones de 1907

Ilustració Catalana octubre de 1907


Una vez más se encuentra nuestra tierra victima de los temporales, los aguaceros que han arrasáis campos y culpables, tanto por la fuerza y cantidad de agua caída como por la dejadez y la falta de previsión de los hombres. Campos convertidos en arenales, casas derribadas, ferrocarriles rotos, trozos de carretera desaparecidos y muertos y heridos de momento, por mañana, pasado el luto presente, escombros, miserias, y hambre.

A medida que se van conociendo los detalles de las desgracias y destrozos producidos por los últimos temporales de lluvia, se va mostrando la intensidad y extensión que ha abarcado en Catalunya esta desgracia, y se va padeciendo la gran urgencia, la fuerte necesidad de que sean repasadas y defendidas debidamente las riberas de los ríos, haciendo caer la responsabilidad de la dejadez sobre quién sea culpable, ya que no en vano hay leyes que establecen disposiciones preventivas para evitar muchas de estas desgracias, disposiciones no siempre atendidas por los propietarios de colindantes a los margenes de los ríos, generalmente llevados por un egoísmo suicida, disposiciones que el pueblo tendría de exigir de las autoridades superiores tanto o más que las indemnizaciones que ahora se piden.

Condenados de las desgracias que envía el cielo procurando atenuarlas previsoramente en todo lo posible: pero condenamos la vez toda transgresión ó escarnio de las leyes que dan pie a hacer más cruentas y extensas aquellas desgracias.



La Vanguardia  lunes 14 de octubre de 1907

LAS INUNDACIONES

Durante la mañana de ayer circularon por esta capital rumores de que el río Llobregat se había desbordado, inundando el llano y algunas poblaciones de la comarca.

Reinaba en Barcelona la. ansiedad natural por conocer la magnitud de la desgracia, y las autoridades se apresuraron a organizar servicios de socorro y a tomar las necesarias precauciones para evitar, en lo posible, desgracias personales.

Los rumores fueron confirmándose por los alarmantes telefonemas y telegramas que fueron recibiéndose en el gobierno civil y por las noticias que traían los pasajeros y empleados de los trenes que llegaban al apeadero y a la estación de Francia.

En Cornellà 

A las doce y media, hora en que el gobernador civil llegó á Cornellà, las aguas que llegaban desde San Feliu a la farola del Llobregat, y desde Casa Antúnez a la laguna del Remolar, habían descendido aproximadamente un metro sobre el nivel que alcanzaron durante la mañana.

A la llagada del señor Ossorio presentóse el secretario del pueblo, manifestándole que el alcalde y los concejales no habían podido acudir á causa de hallarse sitiados en sus casas á causa de la inundación.

Según refirió, anteanoche, además de la avenida experimentada por el Llobregat, descargó sobre el pueblo an copioso aguacero acompañado de relámpagos y truenos, quedando á obscuras las calles á causa de haberse roto, por efecto de la tormenta, los cables conductores del fluido eléctrico, lo cual contribuyó á aumentar el pánico que la inundación produjo en los vecinos.

Por más de que al darse cuenta del desbordamiento del Llobregat se tocó en seguida á somatén, los individuos de este instituto no pudieron reunirse, para prestar los oportunos auxilios áa consecuencia de hallarse aislados por las aguas, que inundaron todo el pueblo, alcanzando en la mayoría de las calles ua nivel de dos metros.

La carretera de Cornellà á San Baudilio quedó convertida en una inmensa lagaña de aguas cenagosas, de la cual emergían las ramas dé los, corpulentos árboles que en ella existen.

Los estragos, causados por la inundación en aquel pintoresco pueblo, son considerables.

Las plantaciones han quedado materialmente arrasadas; muchos árboles han sido arrancados por la impetuosidad de la corriente y más de cuatrocientas casas hallábanse incomunicadas, y veinte de ellas amenazaban ruina.

Aun cuando a consecuencia del aislamiento establecido por la inundación es imposible obtener noticias concretas de la catástrofe, tómese que hayan ocurrido algunas desgracias personales, temor que se halla justificado por la desaparición de dos vecinos, uno de ellos mozo de labranza de una casa de campo.

Los mozos dé la escuadra y los carabineros, lo mismo que los individuos de la Cruz Roja, rivalizaron en el salvamento de los vecinos que se hallaban en peligro, habiendo trasladado los últimos, con agua hasta las rodillas, á los enfermos qae había en algunas casas inundadas.

También se improvisaron varias balsas de salvamento, y ia Sociedad General de Aguas (Dos Rius) envió una lancha, que ha prestado excelentes servicios.

A la llegada á Cornellà del tren de socorro,organizado por la Compañía del ferrocarril de Francia, fueron desembarcados dos botes y conducidos en carros dispuestos al efecto á los lugares inundados. También desembarcaron varios individuos de la Cruz Roja y de! cuerpo de seguridad, que se ofrecieron voluntariamente, estos últimos á las órdenes del teniente señor Degorgue, quienes vieron a cuatro personas arrastradas por la corriente.

Varios guardias de seguridad lanzáronse al agua con objeto de salvarlos, no logrando su propósito, pues, la corriente las arrastró y se perdieron de vista, ignorándose su suerte. Antes de retirarse el gobernador civil, convencido de que la cuestión de las subsistencias hallábase allí asegurada, dictó algunas disposiciones encaminadas a la organización de los servicios de salvamento, habiendo autorizado al secretario para que facilite a los vecinos todos los socorros que sean necesarios.

La Vanguardia  lunes 14 de octubre de 1907