Tampoco esta avenida del río causó víctimas, pero sí grandes destrozos uno de ellos fue que levantó la fuerza de la corriente los raíles y traviesas de la línea de los Ferrocarriles Catalanes, en el sector comprendido, entre la calle Almirante Vierna y carretera antigua de Cornellà a San Baudilio.
Un año antes se habían inaugurado estos servicios de la compañía. Esta riada tuvo destacada importancia, pues el agua que ascendía y subía de nivel, estuvo en la población durante cinco días, hasta que por fin al cabo de estos, las aguas del río Llobregat volvieron a su cauce, dejando atrás ruina y desolación material.
Hacía pocas horas que uno de nuestros Diputados solidarios se compadecía de pié en el Congreso de la dejadez que se tenía en la comarca tantas veces perjudicada por los desvordamientos del río Llobregat, cuando este río, se salía de madre, impotente para enviar derecho al mar el caudal de agua que del Cardoner llenavan su lecho, después de haber sembrado la destrucción y la pobreza entre los habitantes de su cuenca, emporio de riqueza industrial como ningún lugar más de España la haya.
Y el Llobregat, como su afluente entre Cardona y Manresa, ha aclarado por todo el ancho del hermoso plano que desde Martorell llega hasta el mar, inundando campos y praderas y huertas riquísimas y dejando en pérdida total de las tardías una paralización de trabajos que por mucho tiempo se resentirá una gran parte de Cataluña, ya que los destrozos que han hecho el Llobregat y el Cardoner a las fabricas de sus cuencas, son de las que necesitan mucho tiempo para repararse.
La magnitud del desastre ha dado lugar una visita ocular del Rey don Alfonso XIII, quien acompañado del Presidente del Consejo de Ministros señor Maura, han venido desde Málaga a la Ciudad Condal
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