La nit del 26 de setembre de 1962 va ser catastrófica en diverses poblacions del Valles (Rubí, Terrassa, Sabadell, etc.) i també va portar molt de dolor i de trasbals ais barris de Cornellà situats vora el riu Llobregat: el barrí Riera i el barri Almeda.
A les tres de la nit, els crits i els plors de la gent ens van despertar als que vivíem en pisos: «El río»... «El rio ha venido...» «El río se ha desbordado...».
Calle Tirso de Molina
L'aigua va anar pujant fins a les quatre de la matinada, i va arribar a 60 centímetres d'alcada. A Cornellà, no hi vam teñir desgracies personáis, pero sí moltes persones sen-se habitatge (del barri Riera) i un gran espant i el perill que les cases que estaven en males condicions poguessin caure.
El fet de la riuada va unir el barri. Quan, a les vuit del matí, l'aigua ja havia baixat bastant, quan la gent va veure la situació deplorable en qué havien quedat els baixos de les cases de tota la part de la barriada que está al cantó del mar des de la via del Carrilet, moltes persones veines anaven a les cases baixes a ajudar a salvar el que es podia salvar i a treure les quantitats industriáis de fang que l'aigua havia deixat.
El segon dia van venir uns joves de Barcelona a ajudar. Per cert que en un carrer, mentre aquests joves de Barcelona treien fang dels patis d'unes cases, alguns homes de les mateixes cases s'ho miraven amb una certa curiositat, pero sense ajudar-hi, i en veure aquesta reacció tan passiva, aquells joves decidiren anar a ajudar a un altre lloc del barrí on les persones afectades prenguessin una actitud mes activa i menys burleta. Ho dic perqué al barri també hi ha gent de tota mena.
Dispensari provisional.
Amb tot el fang que hi havia al barri, i seguint les ins-truccions que donava la radio, uns vei'ns vam anar a l'ajuntament a parlar amb el metge de Sanitat, doctor Ballvé, per dir-li que créiem convenient vacunar tot el barri amb la vacuna contra el tifus. Ens va atendré molt amablement (aquell dia ell feia de suplent del metge de Sanitat local), i ens va dir que anéssim a buscar les vacunes i el material a la Direcció de Sanitat Provincial de Barcelona. Allá també ens van atendré molt bé, ens donaren el material i ens van agrair que el mateix barri organitzés aquesta tasca tan urgent i tan humanitaria. En un despatx de les Escoles Nacionals, que servia provisionalment de despatx parroquial, es va obrir un Dispensan provisional i hi va passar quasi tot el barri. Una infermera de Barcelona i el «Pepe» es van oferir a fer aquest treball d'una manera ben desinteressada.
Quan ja feia alguns dies que el nostre dispensan funciona-va, va venir el metge titular de Sanitat de la població i es va enfadar molt perqué s'havia fet aixó sense consultar-li-ho (ja que estava de viatge). Va ordenar canviar tot el personal del nostre dispensan i ni tan sois va donar les grácies a ningú deis qui havien fet aquella tasca tan urgent i desinteressada. Ja ha passat altres vegades que al centre de Cornellà, en alguna cosa concreta, s'han despertat mes tard que en algún barri, i aleshores els sap greu, i han de demostrar que en saben mes o que ho fan millor. En aquest cas, aixó ens va desconcertar.
Es van fer unes fotografíes deis carrers del barrí, quan l'aigua ja havia baixat molt, fotografíes que van arribar a molts llocs d'Espanya, perqué els veíns en van encarregar unes 1.500 copies.
Grácies a l'ajuda rápida de Caritas diocesana, canalitzada per la parroquia, als dos o tres dies de la riuada, les famílies mes damnificades ja tenien llits, matalassos, mantés i llencols per a poder descansar bé.
Oleguer Bellavista
Evolució d'un barri obrer
marzo de 1977
Otra vez el río con gran furia sale de su cauce.
En cuántas ocasiones, el agua del río LIobregat se ha salido de su cauce, siempre ha sido motivo de inquietud y de alarma, que ha llevado a movilizar toda la población entera, en socorro de posibles víctimas y en ayuda de los aislados por el agua.
Las últimas horas de la tarde del día 25 de septiembre, daban la impresión de que se avecinaba una fatal desgracia; viento racheado y una gran cortina de agua, presentan el suceso que algunas horas después se confirmaba, cuando se dio aviso a las autoridades locales por la Sociedad General de guas del Rio Llobregat, que el río iba subiendo aceleradamente de nivel. Mientras, eran las 12'30 de la noche, el guarda de servicio, del depósito de FLAGA, butano, José Domínguez, apercibió la crecida del rio al observar cómo flotaban bombonas de gas a su alrededor. Sin perder tiempo, con agua hasta las rodillas, salió a dar la alarma a todos los vecinos de la calle del Fútbol, tocando el silbato y gritando «El río, el río». A las voces del mencionado guarda, las gentes se lanzaron a la calle, abandonándolo todo para salvar sus vidas de perecer ahogadas.
El agua, que iba creciendo, les llegaba hasta la cintura. Desesperación y gritos, era el rumor en aquellas angustiosas horas. Todo el mundo corría, a pesar de ser el agua un gran obstáculo y medio vestidos se precipitaban un lugar seguro. Las autoridades se presentaron rápidamente al tener conocimiento de los hechos y resolvieron atajar rápidamente las primeras fatales consecuencias, prestando todos los auxilios necesarios, taponando todos los accesos de entrada del agua en población, y rescatando a los habitantes de aquella zona. Inmediatamente se pusieron en comunicación con los bomberos y autoridades gubernativas, dando conocimiento de la catástrofe y pidiendo ayuda por todos lados. El grave siniestro que ya afectaba a la comarca del Valles, no permitió una mayor aceleración en los refuerzos. En la zona inundada, una madre y su hija en brazos estuvieron durante varias horas a punto de perecer, siendo salvadas cuando la fuerte corriente amenazaba con desmoronar la tapia sobre la que estas estaban subidas. Las familias que abandonaban sus hogares presas de gran pánico, iban siendo alojadas en diferentes locales de la población. Al iniciarse el alba, se fue normalizando la situación y se observó la magnitud material de los daños causados. Todos los damnificados fueron colocados en la sala de actos del Casal Parroquial y en casas particulares, volcándose rápidamente la población en la ayuda, entregando ropas y alimentos.
LA BARRIADA ALMEDA, RESULTA TAMBIÉN AFECTADA
El agua llegó también al populoso barrio Almeda, alcanzando todos los bajos de las viviendas, hasta una altura de 70' cms. ocasionando algunas pérdidas materiales entre sus moradores. La zona industrial de Almeda, resultó en alto grado perjudicada, anegándose todas las plantas, en 12 importantes industrias, cuyas pérdidas se evalúan en 8,000.000 de pesetas.
También resultó afectada con serlos desperfectos en material, las escuelas del Grupo de Viviendas «Dolores Almeda». Todas las calles de la barriada, quedaron llenas de lodo y residuos de fuel-oíl, por rotura del depósito de una industria.
LA VICTORIA DEL RÍO
De confirmarse la noticia según la cual los moradores de la zona ribereña deben forzosamente trasladarse a la parte alta de la población en viviendas construidas exprofeso para cada familia, habrá desaparecido para siempre la eterna amenaza de los desbordamientos, lo cual y pese a las molestias que tal medida irrogue, no puede menos que alegramos.
De suceder tal como decimos, el río habría obtenido su definitiva victoria al conseguir alejar de sus márgenes todo vestigio de lugar habitado. Tan sólo los campos de cultivo y los cañizares erizados de juncos harán compañía a las traidoras aguas.
El río es indistintamente un lugar de diversión y de peligro. Podemos calificarlo como un gigante dormido que se ofrece a la curiosidad de las gentes pero que cuando despierta y pone en acción sus energías lo arrasa y destruye todo, sin respetar vidas ni haciendas.
Resulta, pues juicioso apartarse de él, ya que aun cuando permanece largas temporadas sosegado y tranquilo, siempre vuelve a rebelarse, mostrándose con toda su desnuda ferocidad.
Tenemos entendido que el terraplén hará las veces de linea divisoria, oponiendo su muro de contención a las crecidas. Serán de aplaudir todos los recursos preventivos que se pongan en práctica para evitar nuevos y siempre posibles desastres.
El Pensamiento
octubre de 1962
DAÑOS CAUSADOS POR LAS RIADAS DEL 25 DE SEPTIEMBRE DE 1962
Daños Personales
441 muertos, 374 desaparecidos, 213 heridos.
En Cornellà no hubo que lamentar ninguna victima por la catástrofe.
Daños Materiales
Pérdidas evaluadas en 2650 millones de pesetas.
Destrucción total de numerosas viviendas, puentes y otras infraestructuras hidráulicas así como parte de la red viaria y ferroviaria e industrias.
Ese día en Cornellà cayeron 175 litros de agua por metro cuadrado, pero en poblaciones de la cabezera del río Llobregat sobrepasaron los 200 litros.